jueves, 7 de julio de 2011

Cuanto más dás...más recibes.


Hace 2 dias me sucederia otra anécdota genial en cuanto al ejemplo que nos brinda DIOS a diario, pero, que a veces, ni nos percatámos.

Esto sucedió, con uno de los homeless ( personas sin hogar ) que ayudo de vez en cuando llevándole comida y que se ubica cerca de uno de mis trabajos, con el tenemos como una empatía especial y cada vez que lo veía le hacia la V de la victoria, a lo cual, el hace algún tiempo, hace el mismo símbolo, pone su mano en el corazón y señala nuestro carrito.

También otra cosa que hago a veces es sacar mis dos brazos y estrecharle sus manos ( Ya que pienso que muchas veces, aparte de la ayuda, lo que más necesitan es el contacto cariñoso, y una demostración de que por más que esten "hundidos en un pozo", siempre hay alguien que está con ellos )

Con el hemos hecho se podria decir una amistad telépatica, ya que la luz roja del semaforo, muchas veces no dá mucho tiempo y solo puedo decirle de que DIOS lo ama, a veces entregarle algo, a lo cual el respondé también con mucha emoción lo mismo.

Vayamos al hecho:

Empeze a trabajar y mi primera salida me toca, hacer mi delivery con tres ordenes a la vez, en la primera "luz", encontré al hombre que mencioné.

En el momento que bajo mi ventanilla para darle un dolar, el me dice que no me preocupe, que no le dé nada, a lo cual le insistí que era para una bebida, ya que hacia un sofocante calor. Y lo aceptó.

Me toca la luz verde y empiezo a llorar ( con algunas personas sin hogar me ha sucedido esto, en varias oportunidades ) el extender mi brazo hacia ellos, el tocar su mano, su gesto, su mirada, su forma de hablar me transmite la representación de la bondad, de Jesús, de DIOS en ese momento crucial de solo segundos.

No sé si lloro de emoción, de tristeza, de alegria, pero lloro y lloro, se conjuga todo a la vez en mi sentir.

Pasan aproximadamente 5 minutos, llegó a mi primera entrega y la persona que me recibe me deja el 40% de propina, me hace recordar a circunstancias anteriores que mientras más ayudas, más recibes, digo: no puede ser, increible !

No es la emoción de la cantidad o el dinero, para nada.
Si no, más bien es la emoción del ejemplo que nos da DIOS, de lo grande que es ÉL, que al no hablarnos directamente, lo hace con pequeños ejemplos.

Paso a la segunda orden y sucede otra vez algo inusual, un joven me deja el 50 % de tip.

Voy a la tercera orden, a un apartamento pequeño, sale una señora y no me dejó nada de propina ( Al abrirme la puerta, se notaba que su situación económica era difícil ) pero al frente se veía a un joven ( me imagino su hijo ) postrado, enfermo...mientrás ella firmaba el ticket, tuve la oportunidad de orar en mi mente con mi clásica oración corta, pero eficaz, por la recuperación del muchacho.

Regreso a la oficina, salgo con otra orden, llego a ella y la persona que me recibe, me deja el 95% de propina. Algo totalmente desacostumbrado.

Pienso que es otra enseñanza más de nuestro Señor, acerca de la importancia de ayudar al prójimo sin hacernos preguntas inútiles. Toda la gloria a ÉL por dejarme percibir mediante las anécdotas, su poder !

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Un gran abrazo a todos !